4 de mayo de 2016

desnudez

A veces siento como si una página en blanco me separase de todo, de la realidad y de lo que hay más allá, de cada pequeña realidad que configura el sentido de mi existencia.
Llevo tantos siglos (¿por qué digo siglos? creo que hay días que llevan el peso de años cosidos a la piel) mintiendo al mundo que puede que ahora no sea consciente de quién es esa desconocida que me mira a través del reflejo.
Quiero llorar, quiero llorar de verdad como en la cueva húmeda y fría a la que me llevaste. No sé por qué lo hice pero creo que esas fueron las lágrimas más sinceras que he derramado en mi vida, unas lágrimas de avance tranquilo y caliente (no ardiente, sólo caliente, lágrimas cálidas) pero que aunque eran pausadas no por ello podía detenerlas. Quiero volver a ese momento para hacerlo aun más extenso; alargar cada sílaba, cada instante, cada paso, cada pausa; quiero revivir cada sensación que en el fondo sólo era una sola.
¿Era miedo? ¿Era soledad? No sé poner nombre a esa sensación, no soy capaz de atar su vuelo a un nombre, no sé si por no ser capaz yo o porque no es posible darle un límite... no lo sé.

Cada <<no lo sé>> es una muesca en mi respiración pero no encuentro las palabras. ¿por qué miento incluso cuando no hay nadie? La verdad es que por mucho que me engañe esta no es la vida que quiero para mí. No soy feliz, no soy feliz y sinceramente no sé si quiero serlo... ¿Qué quiero?

No hay comentarios:

Publicar un comentario