6 de abril de 2016

péndulo III

y no ser ni torre de marfil
ni calma en la noche
ni abrazo eterno
ni eterna despedida
abandonar las pieles que cubren
la desnudez de mi sentir
y dejar de ser alimento de nadie
-que las rosas se planten
en otro jardín-
dejad ya de atormentar mi pulso
con lamentos de lenguas torcidas
¿no veis que no hay nada
en estas manos huecas?
¿no veis que no hay nada
en estas cuencas llenas
de vacío?
que el viento devoró mi materia
para dejar tras de sí la sombra
oculta bajo un arco mal trazado
bajo las mil lunas
clavadas en tu columna

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